¿Quién no se siente indignado con los asesinatos, crímenes, con las barrabasadas que están pasando hasta en los medios de comunicación? Creo que la situación superó los límites de tolerancia de la persona menos empática y más indiferente del país. Logramos unirnos en un “hastío nacional”. Amén por eso, pero ¿en qué se traduce el “hartazgo colectivo”? Además de marchas, grupos en facebook, y todo lo que invita a la unión y a puntos de convergencia (que estoy muy de acuerdo y los apoyo). Lo cierto es que no debemos dejarle todo el trabajo a los que se mueven y lideran causas porque muchas de las soluciones están en nuestras casas. Las personas subestiman el poder de pequeñas acciones. Siguen ignorando conductas y actitudes que son juzgadas como clichosas, estúpidas, sentimentales o insignificantes, pero que hoy día (lo reconozcamos o no) sufrimos trágicamente estén extintas. ¡Cuánta diferencia haría que en los hogares se honren características particulares del homo sapiens, como razonar y dialogar! Si, en vez de gritar, señalar y condenar,
Es difícil no caer en depresión con tanta información negativa que recibimos a diario. Lo cierto es que mucha de esa información proviene de hechos, no es inventada. Es triste, pero no podemos tapar el cielo con una mano. Sin embargo, la divulgación de información en su mayoría se enfoca en catástrofes, controversias, conflictos y situaciones que sin duda son “negativas”. Y es que, por alguna extraña razón, la “responsabilidad” de informar es sobre este tipo de acontecimientos. Además, se da por sentado que lo bueno y constructivo no es tan atractivo como lo malo y destructivo. Para que un suceso positivo sea interesante tiene que ser tres veces más insólito de lo que requiere un suceso negativo. ¡Imagínese un programa diario dedicado a hablar bien del trabajo de los artistas, de las figuras públicas y también de las “privadas” del país! Periódicos que hablen de los aumentos de salarios y promociones en las diferentes empresas; los negocios grandes o pequeños que comienzan; las nuevas plazas que se crean. Imagine