Las personas que me conocen saben que a mi no me gusta hablar “malo”. No significa que nunca lo haga, sino que escogí hacerme consciente del vocabulario que uso y hablar “saludable”. Suena extraño y, sin duda, es una de mis loqueras positivas y de mi compulsión optimista. El punto es que decidí hacer un esfuerzo genuino por trabajar un día a la vez en hablar saludable, escuchar saludable, leer saludable, comer saludable, vivir saludable, SER saludable. Unos días me van mejores que otros. Ahora bien, cuando decimos hablar “malo”, ¿a qué nos referimos? Pues, les comparto mi definición. Para mi es usar palabras que lastimen, mutilen, denigren, ofendan o resulten en algún daño para sí mismo u otro ser vivo. Es curioso, porque la gente asocia hablar malo con decir “coño”, sin embargo, para mi “malo” y violento es decirle “bruto” a alguien. A raíz del vídeo difundido en las redes sociales en el que se ve cuando un maestro pierde la paciencia y utiliza palabras “fuertes” para manifestar su frustración, nace mi inquietud
¿Quién no se siente indignado con los asesinatos, crímenes, con las barrabasadas que están pasando hasta en los medios de comunicación? Creo que la situación superó los límites de tolerancia de la persona menos empática y más indiferente del país. Logramos unirnos en un “hastío nacional”. Amén por eso, pero ¿en qué se traduce el “hartazgo colectivo”? Además de marchas, grupos en facebook, y todo lo que invita a la unión y a puntos de convergencia (que estoy muy de acuerdo y los apoyo). Lo cierto es que no debemos dejarle todo el trabajo a los que se mueven y lideran causas porque muchas de las soluciones están en nuestras casas. Las personas subestiman el poder de pequeñas acciones. Siguen ignorando conductas y actitudes que son juzgadas como clichosas, estúpidas, sentimentales o insignificantes, pero que hoy día (lo reconozcamos o no) sufrimos trágicamente estén extintas. ¡Cuánta diferencia haría que en los hogares se honren características particulares del homo sapiens, como razonar y dialogar! Si, en vez de gritar, señalar y condenar,