Por los siglos de los siglos hemos repetido la «teoría» de que no somos perfectos. Lo cierto es que para establecer que no lo somos, tenemos que saber qué sí lo es. Es como cuando queremos determinar si un examen de biología o historia se contestó correctamente. Existe una medida, una referencia fundamentada en datos, hechos, cálculos, etc. Recuerdo que –por lo menos en mis años escolares en Bayamón– le llamábamos «la clave»; que era el mismo examen que nos daban, pero con las respuestas correctas. A veces lo maestros después de terminar de administrar un examen, los repartían al azar y uno con «la clave» corregía el del compañero que le tocara. En fin (regresando al tema), el punto es que para saber cuan cercano a lo «perfecto» era tu dominio sobre la materia en discusión, sí existía algo perfecto con qué compararlo.
Aqui entraré en camisas de once varas. Con mucho respeto dejo que mi mente y corazón dirijan mis palabras…
Entonces, siendo Dios, el ser supremo creador del universo, perfecto (para los que creemos en su existencia), nosotros no somos perfectos porque no somos como Dios. Pero Dios no es un ser humano, así que no es una comparación justa. Si la comparación fuese «chinas con chinas», seríamos dioses imperfectos, ¿no?
La ignorancia es atrevida y mi pensamiento crítico hiperactivo. Me pongo a pensar y me pregunto ¿de dónde la gente saca que no somos perfectos? ¡Si se pasan diciendo que somos seres únicos! Eso me hace sentido porque ni los gemelos idénticos son 100% iguales. Único es único en cualquier liga, que es lo mismo que decir «sólo uno». Ya saben que me encanta el diccionario de la Real Academia Española, y en esta se define el adjetivo «único» como: «(1) solo y sin otro de su especie; (2) singular, extraordinario o excelente». ¡Pues con más razón sí somos perfectos!
¿Me siguen el enredo existencial? Sé que se preguntan ¿a dónde quiere llegar Yz con este rebolú? Aquí voy, les comparto mi conclusión (hasta el momento). Ser imperfectos no es nuestra condición humana, sino nuestra excusa perfecta para no exigirnos el máximo. Es la justificación ideal y «única» para equivocarnos. ¿Para qué exigirnos ser excelentes, extraordinarios y singulares? si «errar es de humanos».
Estoy siendo un poco cínica con el análisis, no puedo negar mi molestia ante la mediocridad y el conformismo como forma de vivir. Honrar la creación divina es destacar tus atributos, todos los que te hacen SER humano. Hay quienes viven cobijados por el refrán «es mejor pedir perdón que pedir permiso». Como «nadie es perfecto», se ha hecho una gran virtud del «hecho» de poderse equivocar. Errar no es una imperfección ni un defecto, es un resultado no esperado o no deseado. No está relacionado a tus cualidades sino a tus acciones. Ahí mismo radica la oportunidad de ser mejores y de seguir evolucionando.
Tema simple y complejo… ¡Lo sé! Para resumir este enredo… Mi invitación es reflexionar y estimular nuestra auto-estima como seres vivos. La imperfección sólo existe en la comparación. Porque somos únicos, no tenemos con qué o quién compararnos. Entonces nos queda celebrar nuestra «singularidad» y ser lo mejor que podamos ser. ¿Qué es eso mejor que podemos ser; cuánto es lo más que podemos dar; cuál o cómo es nuestra manifestación «perfecta»? Eso sólo lo sabe uno mismo porque, aunque hayan seres similares, no hay otro ser en nuestra especie exactamente igual con quien nos podamos comparar.
¿Estoy siendo la mejor madre o amiga; el mejor hijo o hermano? ¿Vivo día a día siendo, conscientemente, lo MEJOR que tengo la capacidad de ser? Eso UNICAMENTE lo sabe, PERFECTAMENTE, usted…
Siempre con amor y respeto…
Yz
11. Julio.2011
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Looove it! <3 Creo que seguire leyendote 😉
Espectacular tu análisis! Muchas gracias por compartir tu «enredo» q a mi me pareció muy lógico! Un abrazo!!!
Reblogged this on Yizette Cifredo.
Sinceramente Gracias, me gusta la Lectura, la Filosofia, la Autoayuda entre otras ramas y tambien se de muchos conosimientos, Esta clase de conosimientos Es lo que nesesitamos, estas haciendo tu parte, Gracias!