No hay peor ciega que una mujer fanatizada…
Es triste cuando una mujer idealiza a su pareja a tal punto que no ve quien realmente es. Conozco casos de mujeres extraordinarias que, consciente o inconscientemente, se mienten a sí mismas “pintando” su relación o a su pareja de una manera que todo el que ve de afuera se da cuenta que no es. –Quizás estas son las futuras madres que jamás le creerán a los maestros cuando les presenten quejas de sus hijos.- Pero volviendo al tema, ¿por qué una novia, amante, esposa, amiga especial o como quiera llamarse pasa a ser la porrista oficial de su pareja? ¿Será la técnica opuesta al maltrato psicológico? Me explico, según he leído (y me hago responsable de mi interpretación), muchas personas mutilan la autoestima de sus parejas, creando así la dependencia. La persona maltratada psicológicamente pasa a necesitar o a depender de la aprobación constante de su pareja y vive sus días buscando agradarle, probarle y demostrarle. Cuando el o la maltratada consigue satisfacer la expectativa o cumplir con los estándares de su pareja, entonces se siente bien consigo mismo o misma.
¿Qué pasa si en vez de maltratar a tu pareja haciéndole pensar que no da el grado, que se equivoca todo el tiempo, que te necesita para ser mejor; le alimentas el ego con halagos y aprobaciones, y la “empoderas”? Así le gustará estar contigo, te necesitará para sentirse bien y reafirmará su autoestima. Probablemente habrá quienes se cuestionen “¿y qué tiene de malo?” Quizás nada, pero debe ser exhausto. Te conviertes en la “cheerleader” oficial de tu pareja. Le aplaudes todos sus logros, le ríes todos sus chistes, le oyes todas sus hazañas y aventuras, le apoyas todas sus posturas, le afirmas todas sus opiniones, le sigues todo lo que hace, coincides con todo lo que piensa, ajustas tu calendario, rutina, forma de ser para estar en el ánimo perfecto para cuando él te necesite… ¡Oh Dios! ¡Ya me cansé! Si tengo que jugar ese “rol”, entonces no existo.
Mi humilde opinión es que no tengo que hacer nada para que mi pareja se sienta bien y quiera estar conmigo. Pienso que basta con ser. Siendo quien soy tendré a las personas que merezco y necesito en mi vida. Hace mucho renuncié a tener como prioridad agradarle al mundo, antes de agradarme a mí. No importa cuán importante sea una persona en tu vida, lo cierto es que si claudicas tus principios y valores, y renuncias a tus creencias y deseos por complacer o hacer sentir bien a otros, te desvaneces.
La libertad de ser y saber que eres tú, con todas tus virtudes y todos tus defectos, que el paquetito completo es aceptado por la gente que te rodea, especialmente esa persona que escoges como tu pareja, eso es mi concepto de amor. ¡Claro que quiero animar y apoyar a mi pareja cuando me necesite! ¡Claro que puedo adaptarme en ciertos momentos, en ciertas circunstancias para ser en función de mi pareja! ¡Claro que en ocasiones hay que hacerlo! Pero hay sólo un rol que acepto en una relación: el de amada enamorada. Mi responsabilidad es simple: amar y dejarme amar.
Desconozco si nos damos cuenta cuando caemos en ese “fanatismo” o idealización con nuestra pareja, pero creo que, de vez en cuando, debemos evaluar qué papel jugamos en nuestra relación y cuán a gusto nos sentimos con ese rol. Eso podría ayudarnos a hacer ajustes o a renunciar de ser necesario. En vez de enganchar los guantes, hay que saber cuándo debemos soltar los pompones.
Yizette Cifredo (2.Nov.2010)
Demasiado cierto, no debemos dejar de ser nosotras para o por agradar.
Si tienes razon en todo lo que escribes pero la realidad es que las personas que caen en este tipo de vida, vienen de atras calgando esa falta de amor propio y repiten la cadena de crianza, en la que fueron expuestos durante esos a~os de infancia. Estan, como todo en la vida aquellos que vienen, yo diria con una especie de fractura mental en donde la sociedad se vuelve lo mas importante en la vida en cuanto a la aceptacion. Aquellos que desean ser alguien mas y ser parte de algun grupo en donde se les reconozca. Bueno la verdad este mundo estan complicado, pero la conclusion que he llegado muchas veces es que todos dentro de este mundo, seamos buenos o no somos parte de un equilibrio, uno.s nacen en cuna de oro y otros desgraciadamente no son tan afortunados.
Gracias a ambos por sus comentarios… Intercambiando ideas nos damos cuenta que somos muchos los que tenemos algo que decir y que aportar; y que, algunas veces, sí vale la pena pensar en voz alta… Un abrazo!
Sinceramente, nadie puede hacer feliz a otra persona si no lo es UNO mismo…. Tenemos q dejar ese fanatismo del que diran. Pensemos si realmente es lo q merecemos, no tenemos que dejar de ser nosotras, solo modificamos conducta!
Esto es muy cierto y siento hasta verguenZa al ver el papel q. Soporte por 9años..mas hoy lucho por no volver…en mi caso fue inconcientemente, y es una realidad deje de ser…ahora lucho por encontrar mi identitad pues la perdi y es horrible sentirse tan perdida …incluso llegas a pensar q. Debes resignarte y seguir ahí..bueno si sigo no termino, pero mi gente esto es mas comun de lo q. Piensan…
Gracias mil flora, mi admiracion y respeto para ti… No hay nada de que avengorzarse, la vulnerabilidad te libera y engrandece!!! Bendiciones…
Coincido con tu punto de vista. Hay que amarse primero uno mismo antes de poder amar a los demás 🙂 Pienso que en una relación debe existir el balance, donde ambas personas compartan cumplidos sin llegar a exageraciones.
guaaauuuu!! tu comentario es increible…
sinceramente me gusta porq es algo q aplico en mi vida… y pienso ¿sera q lo stoy pasando??
y m gustaria cambiar..
A mí no pasa… a mí no me pasa… y ¡ZAZ! de pronto ya estás en una relación que ni siquiera se puede llamar relación; con una pareja a quien no sabes cómo llamarle (¿novio, amante, amigo?), y lo peor es que te sientes cautiva , no concibes la vida sin él, aunque tampoco él te hace feliz. Increíble que eso sea tan común y, no por ser tan común, deja de doler. Vaya que duele. Convertirse en porrista de tu pareja es terrible, más cuando del otro lado sólo hay inconformidad y te exige más y más. Tratar de complacer sin recibir nada siempre será desgastante. Felicidades, sabes transmitir las ideas y con cada palabra me fui sintiendo como si yo estuviera hablando. ¡Saludos!