El embarazo, sin duda, es una de las etapas más emocionales, sensibles, trascendentales de quienes tenemos la oportunidad de vivirla. La palabra «cambio» se manifiesta en todo su esplendor. Todo cambia. ¡Todo! Recordando mis 41 semanas de gestación y disfrutándome todas las amigas, colegas, mujeres que experimentan una de las manifestaciones de VIDA y de AMOR más extraordinarias, nace este escrito. No es específicamente para las embarazados, sino para el resto del universo que se nos pone creativo y, a veces, un poco imprudente al momento de dirigirse a la mujer con relación a su embarazo. ¡Por amor a Cristo Jesús, tomen nota! Aquí les comparto 5 «cosas» que no es necesario que les digan a una mujer embarazada:
- «Cada vez que te veo, está más grande.» – No importa si se refiere a la pipa o a la dama, ¡créame!, no es necesario. ¡Uno lo sabe! De hecho, así se supone que ocurra. Durante el transcurso de ese tiempo, la pipa y la mujer tienen que crecer, aumentar, hincharse, engrandecerse y todo lo que implique «mucho» y «más». Es natural y hay que preocuparse si ocurre lo contrario. ¡Lo que está formándose ahí adentro es un ser humano!!! Chiquitas nos ponemos para la magnitud de lo que ocurre en nuestros cuerpos.
- «¿Cuántos son?» – What?! Alineada a la expresión anterior. Evidentemente, si usted pregunta cuántos son, es porque en la pipa parece haber más de un bebé. Permítame reforzar lo que ya dije. No es necesario, espere a que la embarazada le de la información. Si son gemelos, trillizos o más, confíe en que ella se lo dirá. Es una información muy relevante como para pasarla por alto. El detalle es que si solamente hay uno, está trastocando un asunto sensible que se acentúa con los cambios hormonales e inseguridades que muchas veces despiertan en una mujer encinta. Recuerde, «calladito(a) se ve mas bonito(a)».
- Predecir, «eso es nene o es nena» – Nunca he entendido el empeño de muchas personas con ‘adivinar’ el sexo del bebé o la bebé. ¡Bendito sea Dios, esto no es la «Loto» ni el «Power Ball»! No hay premios. Y, aunque sé que los sonogramas pueden equivocarse (y ha pasado), me da más gracia aún, cuando después de saber si es niño o niña, insisten en que «la cosa esa está mal» y que su insisto pocas veces les falla. ¡Deje que la preñada se goce su proceso, caramba!
- «Nena, tu estás bien preña» – Esto lo dicen en un tono que siempre me he preguntado, si es algo malo o bueno. O sea, me están informando algo que ya yo sé. En efecto, ¡recuerdo cómo ocurrió y todo! ¿Por qué me están diciendo algo que es un hecho? ¡Ah! Por la cara, la nariz, los brazos, la pipa, los pies, y todo lo que (ya dije) crece, agranda y se hincha. Una vez más, no hace falta. En casi todas las casas hay espejos, uno se ve, lo siente y lo sabe. ¡Gracias, pero no gracias!
- «¡Vas para burra!» – Wow! Reflexionemos, ¡qué forma más inapropiada de expresar la ansiedad y emoción por conocer a la criatura que está por nacer! En esta etapa en que nunca falla que, por lo menos, una persona te diga el tan «jocoso» comentario, la embarazada experimenta muchas emociones. Cualquier día puede ser el día en que conozca a uno de sus más grandes amores. ¡Imaginen! Es decir, que puede sentirse desesperada, ansiosa o nerviosa. Feliz por el proceso, pero con las mismas cosquillas en el estomago que una niña cuando ve al nene que le gusta y de repente (sonido de disco rayado) viene un «elemento» a decirte que «vas pa’ burra». OJO: No se refiera como asnos o burros para describir a estas ocurrente personas, no insulte al animal y se compasivo con el humano.
En fin, amadas y amados, sean sensibles y prudentes. Vean más allá de sus narices. Los cambios físicos son un pequeña muestra de la maravilla que es el ser humano, una obra maestra divina. Lo que verdaderamente está ocurriendo es mucho más grande, más pertinente, más MÁS!! Aproveche ese momento para sacar todo el AMOR que pueda, nutra a esa mujer, literalmente, llena de VIDA y nútrase. ¡Eeeeeeh Jua!
Yz [15.Septiembre.2015]