
No te dejes llevar por el «rush» diario; no dejes que el bombardeo de información, que las deudas, los compromisos, dolencias, las malas ni tampoco las buenas noticias se apoderen de ti. Más allá, no dejes que te desconecten de ti. Separa momentos, minutos del día para, en efecto, disfrutar lo que estás haciendo.
- Saborea esa taza de agua, jugo o café que te tomas en algún momento durante el «ajetreo» diario. Hazte consciente del sabor, de la temperatura, deja que baje lento, cierra los ojos y sonríe;
- Disfruta del silencio o de la música que escuchas durante el tapón de ida y vuelta a donde sea. ¡Olvídate si de otros carros te ven! Canta, baila, míralos si te miran, y sonríe;
- Aspira el olor de una flor o de una rica vela, y deja que evoque en tu memoria momentos plenos, y sonríe;
- Siente la textura de la piel de tu mascota, de tus hijos, tu pareja, o la tuya misma. Acaríciate con suavidad, siente cosquillas y sonríe.
- Expande la vista, líteralmente, mira más allá de tus narices. Observa los detalles de los mismos lugares que ves siempre, pero refina… miras los colores, identifica lo inesperado, hermoso, déjate sorprender y sonríe;
- Cierra los ojos y recuerda una inofensiva travesura o, mejor aún, planifica una y sonríe…
Ponte en contacto con tus sentidos, con todos y cada uno. ¡Estamos VIV@S! No lo dejes para después, hazme caso y ¡hazlo ahora. ¡Activa tus sentidos y sonríe! ¡y cuéntame cómo te sientes!
#AbrazoBienApretau
Yz Cifredo [15.Junio.2016]