
Hice el ejercicio de tratar de mirar a través de las paredes que nos separan y que a la vez nos protegen. Sé que son realidades muy distintas. Que por más que decimos que hoy todos somos iguales, la verdad es que vivimos este momento desde escenarios muy diferentes.
Son muchas las personas que no tan solo le temen a un virus… Sé que la nevera de todos no es la misma, que la alacena no tiene la misma cantidad de compra y que son muchos los que -sin poder trabajar- temen no poder alimentar a sus familias.
Sé que hay quienes se ven tentadas a salir corriendo a la calle dispuestas a contagiarse por huirle a un agresor maltratante. Que prefieren la condena de una enfermedad a recibir un golpe más…
Sé que son muchos lo que no son presos de sus casas o de la amenaza a su salud, pero son presos de su mente, de su miedo, de su ansiedad…
Sé que hay quienes batallan por estar vivos, no ahora, a diario porque un cáncer les come por dentro…
Sé que nuestros viejos, tienen mucho mas miedo…
Sé que para unos este aislamiento es un poco más llevadero, más fácil… y para otros, el aislamiento es su pesadilla, es la enfermedad.
Sé que esto parece una escena sacada de una película, sé que no hay precedentes ni comparación… pero también sé que en la memoria de nuestro cuerpo, de nuestra fe, de nuestro ser: hay fuerza, hay carácter, hay resiliencia, hay determinación…
Aguanta, aguanta un poco más…
Porque también sé que no estamos solos, que nos tenemos, que en los momentos de retos se rompen los límites geográficos, no hay muros, no hay barreras, no hay pasaportes, no hay fronteras…
Sé que en el hambre del vecino, aún distanciados, hay una mano que le alimenta; que el temor de la maltratada, está a una llamada de quien la alberga…
Sé que en la mente del ansioso, está la paz de quien le da auxilio… Que el cáncer, el virus, el temor le da al cuerpo, no a la fe, no al espíritu…
Sé que el corazón se hace visible ante un enemigo ciego…
Sé que es la vocación de muchos lo que nos nos salva: no es el poder ni el dinero…
Aguanta, aguanta un poco más… Sé un guerrero en tu casa… Mantente firme en tu jornada. El coronavirus sin gente no es nada, seamos silencio y ausencia para que muera lo que nos mata… Aguanta.
Les comparto esta reflexión con todo mi amor y respeto, como siempre… Les quiero y me quedo corta.
Yz Cifredo [30.marzo.2020]
Hermosoooooo y real. Todos vivimos este aislamiento de distinta manera. Yo, con una hija de 20 años (jaaaaalta de estar encerra) y un adulto de 8 años esta situacion la hemos trabajado con el lema: EN CASA ESTAMOS A SALVO. Hasta ahora me ha funcionado.
Gracias por compartirlo! Esa es la consigna! Un abrazo fuerte y soldiario!