
De un tiempo para acá colamos nuestra imagen para vernos diferentes, supuestamente mejor. Nos tomamos fotos y rápido pensamos en el filtro que usaremos para esconder, afinar, suavizar o pronunciar nuestro físico para encajar en algún ideal.
No lo juzgo, también lo he hecho y lo hago, pero no puedo evitar preguntarme por qué. ¿Por qué quiero suavizar mi piel, borrar lineas de expresión, arrugas, lunares o acné? ¿Por qué quiero afinar mi nariz, agrandar mis labios y mis ojos, blanquear el color de mis dientes o perfilar mi rostro? ¿Por qué quiero tapar estrías, celulitis, hacerme cintura o alargar mi silueta? ¿Por qué quiero alterar como realmente soy?
Muchas personas responderán para verse mejor y ahí entra mi preocupación. ¿Mejor cómo? ¿Mejor que quién? Una cosa es jugar con nosotros desde la seguridad, desde la aceptación, desde la celebración de nuestra belleza y otra muy distinta es hacerlo desde la comparación. Hacerlo porque pienso que no es suficiente como soy, porque quiero parecerme a una estética que se convierte en tendencia y que requiere que me altere o peor aún que me reniegue.
Mejorarse a una misma desde el amor propio es florecer, es evolucionar; pero alterarse, distorsionarse para encajar en un molde que complace a otros es mutilarse, no es mejorar. Y hablo de simples filtros que nos convierten en personajes en el mundo de las redes sociales que poco a poco se adueñan de nuestra forma de vernos y nos pueden hacer creer que a quien vemos en el espejo en vivo, esa de carne y hueso, es un disparate.
Juega, coquetea contigo, ponte pecas, orejas, diviértete con los filtros, pero no desaparezcas. Nadie es tan perfecto como aparenta y esa es la mayor virtud de la belleza. Que es ambigua e incierta. Subjetiva y flexible. Indefinida y extensa. No es cómo luces sino cuánto te aceptas. Eres según te sientas. Haz las paces con tus lineas, con tus pliegues, con tus formas, con tus genes. Mírate al espejo y no permitas que apaguen tu luz. Créeme cuando te digo que funciona ser TÚ.
Este escrito nace luego de una experiencia que tuve en el #DoveSummit donde se discutieron temas sobre el impacto de los filtros y las redes sociales en el autoestima de las personas, especialmente de las niñas. Como siempre, les comparto esta reflexión con mucho respeto y todo mi cariño, por si les tiene sentido. Les quiero y me quedo corta. ¡Eeeeeh Juá!!!
Yz Cifredo [1.julio.2021]