Siguen pasando los días y las noches… pasan las horas y los minutos… y, sin duda, es difícil ver un rayo de luz. Estamos en “la espera que desespera», a la expectativa de que llegue esa noticia que nos anticipe un final de todo esto o mejor dicho, un “nuevo comienzo”.
Lo cierto es que aún no estamos ahí y nos toca “aguantar” todavía más… y la gran pregunta es, ¿de dónde saco las fuerzas?
Pues saca las fuerzas del mismo cansancio. Hay una fuerza que nace del “ya no puedo más”, porque sabes que tanto el agotamiento como este episodio son pasajeros y puedes más…
Es como esa llamada que llega justo cuando vas dormir, que estás muerto de cansancio y necesitas dormir, pero hay alguien que te necesita; alguien que necesita hablar, que necesita desahogarse y aguantas y puedes…
Es como ese sueño que batallas cuando sales de un turno de trabajo tarde y lo peleas y peleas, hasta llegar seguro a tu casa. Como cuando llegas de trabajar y quieres tirarte a hacer nada, pero tu hijo o hija te quieren contar, quieren jugar, quieren hacer; y puedes…
Saca las fuerzas del mismo dolor, del mismo miedo. Esa fuerza que nace del no saber, del sentirse vulnerable, expuesto, débil… Ahí hay un impulso casi instintivo que te fortalece cuando más lo necesitas y aunque siga el dolor y siga el miedo, simplemente puedes…
Es como el pujo de un parto, que a pesar del dolor y a pesar del miedo, puedes… Y no literal, pero todos y todas hemos sentido el “pujo de un parto”, lo estamos sintiendo.
Saca las fuerzas de la fe, de la rendición, de estar en conexión con ese poder superior. De aceptar que no necesariamente vas a entender, pero que toca estar, resistir, persistir, aguantar, aprender, ajustar, confiar…
Saca las fuerzas del amor porque nadie nunca está realmente solo… Quizás con el orgullo arriba y la vista obstruida, pero «solos», no… en «ausencia de amor», no. Siempre hay un amor: el amor a tu familia, al prójimo, el amor a tu vocación, a tu tierra, a la vida, el amor a ti, el amor a Dios… y esa es la fuente, esa es la sanación, esa es la causa, el por qué, el norte, la dirección, la gasolina y el motor…
Se vale llorar, se vale gritar, se vale frustrarse, se vale dudar… pero no se vale tirar la toalla. Tú sabes lo que tienes que hacer. Tú sabes que las fuerzas se sacan porque se sacan y que puedes porque puedes…
Saca las fuerzas por esos que trabajan 12, 14, 16 horas corridas y no tienen tiempo para preguntarse, que ni siquiera consideran quitarse, que siguen y no se detienen, y sin saber cómo… simplemente sacan las fuerzas y pueden.
Como siempre, ¡les escribo con mucho respeto y con todo mi amor!
Yz Cifredo [6.abril.2020]
Excelente estamos agotándos mental y físicamente. Lloramos tanto de miedo como de frustración por lo que cada vez hay más corrupcion y ellos juegan con la salud del pueblo. Acabo de cumplir setenta años y el temor de no saber si voy a ver a mis nietas crecer, o que nos lleven a algún lado si nos contagiamos y no volvemos a verlos . Todo esto es mucho para los que estamos en cuarentena estricta para beneficios de todos.Amo a Mi Pueblo pero me pregunto si ellos se aman a sí mismo. Gracias por dejarme expresar, y gracias por llevarnos a leer la verdad. Se que estoy deprimida pero quien no, Verde Luz que es una melodía nuestra me hace llorar Por favor Quédense en Casa
Yizette, mil gracias por estás palabras tan necesarias en éste momento tan crucial y tan desesperante. Un bálsamo pa el alma. #BeSafe
Yizette, mil gracias por estás palabras tan necesarias en éste momento tan crucial y tan desesperante. Un bálsamo pa el alma.