Siento Calor, Mi Cuerpo Arde…

Siento calor, mi cuerpo arde.
Grito, pero nadie oye mi voz.
Me dicen que no estoy sola,
pero no veo a nadie.
Me dicen que pida ayuda,
lo hice, te juro que lo hice,
pero nadie me creyó.

No vieron amenazas.
No vieron peligro.
A mí me condenaron a pena de muerte,
A él lo dejaron libre, sin ninguna restricción.

Siento calor, mi cuerpo arde.
Siento puñaladas de indiferencia,
llamas de inconsciencia, mi pulso desacelera y no consigo respiración.

Nos juzgan si marchamos
y nos sentimos molestas
porque la violencia machista
es tanta que, hasta para pedir
justicia, nos quieren comedidas y recatadas. Sin sentir coraje, miedo ni dolor.

Siento calor, mi cuerpo arde.
Cuando lo evidente no es evidencia.
Cuando lo lógico se hace absurdo
ante un sistema que sigue contando
cuerpos y no ve mujeres muriendo por ser mujeres. En un estado de emergencia que no tiene urgencia y una sociedad que lamenta feminicidios invalidando su razón.

Siento calor, mi cuerpo arde.
Por favor, no acallen mi vida.
No calcinen mi voz.
Despierten por esas mujeres y niñas
que merecen ser respetadas y protegidas, que merecen ser y estar llenas de vida,
para que nunca ardan sus cuerpos
en el fuego de la injusticia ni bajo el yugo de la opresión.

Ya no siento calor…
Mi cuerpo ya se extinguió…