
Dos mil veinte… Dos mil viente…
¿Qué viene a tu mente cuando escuchas dos mil veinte?
Hay que hacer inventario. ¿Qué soltamos y con qué nos quedamos?
Suelto esta cuestión de quejarme que se me mete entre cuero y carne y que me lleva a olvidarme de lo Bendecido que soy.
Suelto la inconsciencia, de que está viva esta Tierra y que todos somos hermanos, que nos ayudamos y nos afectamos para lo bueno y para lo malo.
Suelto el querer las cosas a mi modo porque si algo me ha enseñado este periodo es que puedo tenerlo todo menos el control.
Suelto el silencio de no expresar lo que siento y cuando es difícil el momento entonces, valorar lo que tengo y reconocer lo afortunada que soy.
Suelto el afán y los arranques que me dan de estar siempre desconectado y muy ocupado manejando mis barajas, pero dándole migajas a quiénes amo.
Me quedo…
Me quedo con los abrazos que añoro, con la certeza de que hemos aprendido que si nos mantenemos unidos, resistimos temblores, atropellos y pandemia. Es cierto, en la unión está la fuerza y la fuerza la da el amor.
Me quedo con la sonrisa de mi hija que me alegra el alma, me regocija y por más que elija no hay mayor regalo que ese. Me reaviva… Una y mil veces me fortalece y me motiva a echar el resto, por duro que esté todo esto.
Me quedo con la conciencia de cuidarme, de atenderme y priorizarme, porque si algo es indispensable para estar para mí y para los míos, es mi bienestar y mi salud.
Me quedo con frenar mi vida veloz para hablar con Dios y atender su voz que no escucho con tanto ruido.
Porque no importa el caos que vivimos, cuando la mente y el alma se abastecen, resistimos, persistimos y existimos.
No tires al borde el 2020, porque nos sacudió para construirnos, no para destruirnos.
¡El nuevo año nos recibe más conscientes, más humanos, más cercanos, más fuertes!
Como siempre, les comparto esta reflexión con mucho respeto y todo mi cariño, por si les tiene sentido.
Un honor y bendición compartir este mensaje de la mano de un cómplice de propósito a quien respeto y admiro, Rei Cintrón; apoyados por mi gran familia de Cooperativa de Seguros Múltiples de Puerto Rico.