Cuando era pequeña, sentía algo ‘raro’ en los músculos y en las coyunturas. A eso raro, le llaman dolor. Una sensación latente que no nos permite distraernos. Que todo el tiempo quiere llamar nuestra atención. Algo hay que hacer -o dejar de hacer- para que esa sensación, muchas veces incomoda, molestosa y otras veces alarmante, cese. El cuerpo sabe cómo avisarnos para que entendamos que tenemos que atenderlo, aunque nos empeñemos en hacernos los locos e ignorarlo. El cuerpo sabe y, cuando no hacemos caso, nos tumba. Una vez tomamos medidas, lo cuidamos y consentimos, el cuerpo no nos falla, se recupera y sigue en función de nosotros. Entonces, el día, y la vida, fluyen.
Mi mamá me explicaba que, particularmente, ese dolor de músculos y coyunturas, era parte del proceso de desarrollarme, que mi cuerpo estaba creciendo. Esos «dolores» no desaparecieron, pero podía atenderlos y manejarlos porque entendía lo que estaba pasando. Eran necesarios.
Con mi pasar en el tiempo, -porque el tiempo no pasa, sino nosotros- experimenté otros «dolores», los dolores del corazón. Fue entonces, cuando la explicación de mi mamá me hizo aún más sentido. Eso que aprendí, eso que entendí, lo comparto con ustedes.
Si el corazón duele, si no se siente bien, es que «algo» pasa. Te esta pidiendo atención, dice que tienes que dejarlo desarrollarse. No sólo quiere tu atención, quiere que actúes. Te grita que algo tienes que hacer -o dejar de hacer- para sanarlo, para que esté bien. Cuando el corazón duele es parte del proceso, no puedes ignorarlo. Cuando el corazón duele, no tengas miedo, simplemente estás creciendo…
Gracias a mis padres, María y Alfredo, por tantas lecciones y tantos consejos. Gracias porque no recuerdo si tuvimos todo de todo. No lo sé, porque nunca sentí que algo nos faltó. Gracias porque en mi memoria hay algo de lo que tengo total certeza; que nunca -ni un sólo día- en nuestro hogar ni en nuestras vidas faltó ni ha faltado AMOR. Ustedes me inspiran… Los amo…
Yizette Cifredo
7.Marzo.2011
Un lindo analísis de lo que es nuestra vida, y continuará siendo porque estos dolores nos siguen y son indicadores de que algo necesita atención.
Es lindo darle gracias a aquellos maestros que ahora debemos emular, porque nos dieron todo aunque no tuvieran y nos enseñaron el camino a seguir…
ami me
dolia mucho el
corazon por alguien que no selo
merecia, pero gracias al tiempo cada vez duele menos…