¿Para qué sirve la violencia?
¿Qué te hace sentir dar un golpe, dar un puño? ¿Qué sensación provoca gritar, acallar y aplastar a alguien? ¿Qué satisfacción puede producir insultar, humillar, ofender, oprimir, degradar a un ser humano? ¿A un ser vivo?
¿Te hace sentir con poder? ¿Mejor? ¿Ganador? ¿Te hace tener la razón o estar en lo correcto? ¿Hace que termine una discusión, un problema?
No entiendo. No tengo la capacidad de comprender cómo alguien puede levantar su mano con toda su fuerza, con toda su ira y dejarla caer con toda la intención y alevosía de causar dolor, de lastimar, de hacer daño. A quien usa palabras conscientemente para reducir, cancelar, amilanar.
Y hay quienes lo justifican y le llaman criar a dar “una buena nalgá”. Hay quienes genuinamente creen que golpear, gritar, insultar (no mucho, te dicen que es suave y poquito) es una herramienta para corregir, educar, resolver y hasta “amar”. No me tiene sentido.
¿Qué hay en la mente de una persona que usa el peso, la fuerza de su cuerpo para agredir porque su descontrol es su forma de controlar a los demás?
Y me ubico en la escena y me veo niña, fragil, indefensa. Sin entender por qué a quien llamo mamá o papá me habla como si me odiara, me mutila, me golpea. Veo la furia en sus ojos, se convierte en un monstruo y trato de no hacer nada, de desaparecer, a ver si para… pero sigue y no se sacia hasta que acaba porque me acaba.
No me digas que hacerme daño no fue la intención porque el uso de cualquier tipo de violencia solo tiene una causa y una conclusión.
Usemos las palabras para conectar. Los gritos para celebrar. Usemos la fuerza para impulsar. De lo contrario, te conviertes en un arma que con cada grito, con cada golpe, con cada insulto matas.
Como siempre, les comparto esta reflexión con mucho respeto y todo mi cariño, por si les tiene sentido…
Yz Cifredo [12.agosto.2021]
Normalmeente, son personas que fueron maltratadas. Yo no fui maltratada pero, mi mamá me crió a gritos. Hoy adulta entiendo el por qué lo hizo, era lo que ella sabía. Sin embargo, yo reconocí eso y antes de ser madre busqué ayuda para no seguir el patrón. No es fácil salir de ese patrón, no me imagino los que fueron criados a golpes y en humillación.