Nos quedamos cautivados con el tema de las señales que están pero ignoramos. Restamos importancia a las manías, estilos y conductas, de esa “persona especial” que estamos conociendo, que son peligrosas porque tienen todo el potencial de aborrecernos. Todo lo que nos molesta al principio, lo toleramos como si fuese un periodo probatorio en el que puedo aguantar porque cuando llegue la permanencia un rayo de luz directo del cielo iluminará a la ‘criatura’ y desaparecerá todo lo que no me gusta de él. ¿En que rayos estaremos pensando? En resumen, el punto de partida de este escrito es que, viendo o no las señales, ¡lo logramos! ¡Estamos en la relación!
OJO! Como bien les he mencionado, aunque reconozco que esta práctica misionera y masoquista es más común en la mujer, tampoco es exclusiva. Sepa que también hay caballeros en el club.
Back to Basic… Intentemos definir de manera simple e informal qué es una relación de pareja. Podríamos decir que es una unión de acuerdo mutuo, a la que se accede libre y voluntariamente para compartir la vida presente y que, de cierto modo, proyecta un futuro en común. ¿Y para qué queremos estar en una relación con «alguien especial»? Entiendo que es un punto de coincidencia, la oportunidad de conectar con un ser humano con quien logras conciliar las diferencias y sincronizar las semejanzas. En una oración: Es un junte en el que, de manera reciproca, una persona potencia a la otra. “Esa persona me hace mejor, saca lo mejor de mi…” ¿Quién quiere en su vida a alguien que lo lastime, no lo respete, no lo considere ni valide? Padre, madre, hermanos son los que son, ¡no nos queda de otra!, pero la pareja, esa sí se puede escoger. Entonces no es opción aceptar ni conformarse con una relación deprimente ni destructiva .
Aquí les comparto tres ‘ALERTA ROJA’:
1. Si mira hacia arriba, le da 7 vueltas a los ojos, inhala fuertemente y su dedo pulgar se ve tentado a darle “ignore” cuando entra la llamada de su pareja.
Si esto le pasa, a usted le cae mal su pareja. La amada o el amado deben ser una buena noticia, alivio o soporte. Debe sentir agrado, contentura o interés cuando suena el teléfono y resulta ser la persona que escogió como novia o esposo. Cuando el nombre en el “caller id” llega como si fuera una mala noticia, y ese nombre es el de su pareja, no sé si valga la pena preocuparse. Nuestras reacciones nacen de lo que pensamos y sentimos. ¿Qué representa para usted recibir la llamada de su amado? Observe el impacto, las reacciones que, no sólo “ese alguien”, sino todas las personas provocan en su vida. Si la reacción no es positiva, ¿por qué quiere a la persona tan cerca?
2. Si cada oportunidad es perfecta para, no sólo poner a prueba a su pareja, sino para confirmar que fallará.
He sido testigo de personas que de maldad no le recuerdan la fecha de aniversario o eventos importantes a sus parejas, como para que se le olvide. ¡Y sienten un gusto! Quieren cogerlos bajando, que llegue el día para verlos caer y se sientan como mmmmiiii#&*!!! ¡WOW! Del amor al odio no hay un paso, uno está encima del otro. Cuando ya tengo la intención y alevosía de fastidiar a mi pareja para que se sienta el peor consigo mismo, ¿dónde estoy y qué hago aquí?
Hay personas que les gusta evidenciar que sus parejas no sirven, que fallan, que olvidan todo, que no recogen y meten la pata… ¡Óigame, vivir así es un martirio para el que lo hace, lo vive y lo ve! No hay buena fe en esa actitud, peor aún, es un acto de mal-trato psicológico y emocional. Atentar contra la estima de una persona, hacer que dude de sí mismo, es un daño bien difícil de remendar. A veces perdemos de perspectiva el poder que nuestras palabras y acciones tienen en los demás. Recuerde que “las cicatrices más difíciles de sanar, son las que no podemos ver”.
3. Si lo que tiene (o quiere) es una relación protocolaria.
Cuando uno esta enamorado y comparte con su pareja, no se siente el tiempo. Es tan rico ese compartir que pueden pasar horas y uno quiere seguir estando ahí. Hacer favores y, hasta, ciertos sacrificios para apoyar al ser amado se siente leve y bonito. Cuando se actúa en amor las cosas no pesan tanto. Ahora bien, si usted lo que hace es ponchar hora de entrada y salida, enviar mensajes al celular como reportes de mantenimiento, y cada fin de semana o de mes hace inventario de las horas dedicadas a la relación en comparación con las horas dedicadas al jangueo u otra actividad extracurricular… debe detenerse y genuinamente analizar lo que quiere. No es una obligación estar emparejado, eso nace, se desea, y, como muchas cosas en la vida, requiere un compromiso.
No pienso que haya una cantidad de horas específicas para determinar si está o no capacitado para compartir en una relación. Tampoco creo que todo el tiempo debe estar única y exclusivamente ‘enjosicado’ en la relación. Como dicen, “todos los extremos son malos” y la palabra clave de la vida es balance. Lo importante es entender que así de natural como se comparte con los amigos, debe fluir la relación. Uno no es amigo por obligación. Quizás contamos confidencias por tontos, pero no por obligación. Uno no se emperifolla y se pone bonita porque “arrrgg, que fastidio, tengo que janguear hoy”. Hay un placer, una emoción en esas andanzas con los aliados. Podemos saber de los amigos todo el día y vernos miles de veces a la semana. Aunque son contextos diferentes, la amistad debe estar presente, y en el mejor de los casos, ser la base de la relación de pareja. Cuando los años pasan, el cansancio llega y el libido (sexual) no aparece, hay una fuerza muy poderosa que los sostiene y es, precisamente, la gracia de saber ser amigos en el amor…
¿Seguimos?
Yz [31.Agosto.2011]
Me vas a matar con estos Red Flags. Ya por Twitter te he comentado que admiro muchísimo tu capacidad de escribir, y es que tienes el arte de mantener al lector pegao’ a tus escritos. Ya estoy con ansias del próximo. Excelente y, como siempre, hay frases para recordar. Ya veras mis mentions en Twitter con algunas frases célebres que encontré. Un beso, Idelitza.
Hermoso. En especial la orejita #3. Me recuerda a una oracion q lei hace mucho y q define la esencia entre mi adorado tormento y yo! «La amabilidad es la semilla de la amistad. Y donde brota la amistad pronto florece el amor».~A.
Exito
Como aprendí en una obra que vi en México recientemente, nos enseñaron que no hay peor ciego que no quiere ver», pero aprendí que no hay peor ciego que el que no se quiere ver a si mismo y en las relaciones de pareja si no vemos lo que no funciona, jamás seremos capaces de pararnos por nosotros mismos!