
Le tengo ganas…
Me quedé con las ganas…
Lo que me de la gana…
¿Qué son las ganas y qué hacen por nosotros? ¿Hasta dónde llegamos sin ganas? ¿Sin apetito? ¿Sin hambre? ¿Sin deseo? ¿Sin esperanza?
Transitamos por la vida gastándonos en el transcurso sin darnos cuenta. Somos vehículos pasando por una gran avenida que tiene comienzo y tiene fin. Somos proceso. Somos continuación. Somos la travesía que se alimenta de ganas. No somos una estación.
Hay gente que lo olvida y viven insípidos, insulsos, vanos, insustanciales, vacíos, sosos. Varados. Dejando que la vida pase. Sin ganas de abrir lo ojos, de respirar, de reír o llorar, de celebrar o molestarse. Sin ganas de aprender, de evolucionar, de moverse. Se puede morir en vida cuando la opción es castrarse, cancelarse, estancarse, apagarse.
¿Quiénes somos sin ganas? ¿Cómo se vive la vida sin ganas, sin avidez, sin ardor, sin aspiración ni vehemencia? Sin ese impulso o latido que por más pequeño que parezca evoca y provoca la fuerza para movernos y hacer algo con esto que somos y llamamos vida, que se nos agota sin pausa, pero sin prisa.
Que me llamen loca, romántica, aniñada, pero quiero sentir. Quiero apreciar donde estoy sin dejar de soñar a donde puedo llegar para ser y hacer más. Que me llamen como les convenga, pero me rehúso a vivir sin fe, sin esperanza. Sin la convicción de que todos y todas nacimos para existir, de que cada vida cuenta y tiene una gran posibilidad si nos damos espacio y nos llenamos de ganas.
Soy optimista compulsiva sin remedio y no me da la gana de vivir sin ganas.
Como siempre, les comparto esta reflexión con mucho respeto y todo mi cariño, por si les tiene sentido…
Yz Cifredo [14.enero.2022]
excelente reflexion garcias por compartirla
Si cada vida cuenta y aún en nuestro s pesares y problemas podemos echar ganas de vivir, solucionar nuestros problemas cotidianos y ocasionales .