fbpx Skip to main content
De MamáEspeciales

Vida de mamá: Calidad es mejor que cantidad

Apenas son 16 meses de ser mamá, y es inexplicable la aventura. Estoy fascinada con esta gran bendición. Es una de las responsabilidades más grandes y más ricas. Es intensa y gratificante. No importa lo que esté pasando, siempre es importante. Lo digo y me emociona, nuestra princesa es una fuente de inspiración infinita; con ella nunca habrá racionamiento de musa por sequía. Todos los días, damos el 200% para ofrecerle a esa personita en desarrollo lo mejor que sabemos y podemos. Es una maravillosa contradicción porque, aunque la rutina del día se «complica», lo que es realmente necesario se simplifica. 

Este escrito nace con varios propósitos, uno de ellos porque sé de muchos padres y muchas madres trabajadoras inquietas o preocupadas por el «poco» tiempo que le dedican a sus hijos o hijas. ¡Las y los entiendo! Sin duda, tenemos obligaciones y compromisos que nos consumen tiempo, pero ¿saben qué?, aquí aplica el refrán: «calidad es mejor que cantidad». Tengamos o no el tiempo ocupado por cumplir con nuestros trabajos, lo cierto es que lo importante es cuan presentes, conscientes y activos estamos en esas actividades básicas y rutinarias, que son mucho, mucho más de lo que aparentan.

Les confieso que no pensé que algo tan «obligatorio» como darle su baño a nuestra chiquita pasaría a ser uno de los momentos más esperados del día; por ella y por nosotros. La verdad, es un momento que nos invita a estar entregados a ellos. ¡Ahí si que no hay celular ni TV que valga! Es una oportunidad demasiado buena para que el resto del mundo se detenga y conectar solo con ellos y ellas. Observarlos, memorizarlos y dejar que nos enamoren cada vez más. 

Les cuento que para mi amado y para mi, ese momento del baño, se ha convertido en otro espacio educativo. Nuestra chiquita ha aprendido a identificar animales, por los juguetes que le tenemos en su bañito; ha aprendido las partes de su cuerpecito porque, mientras le bañamos y enjuagamos, las nombramos de pie a cabeza. Es importante que les hablemos con claridad y le llamemos a todo por su nombre porque ellos, a su paso, todo lo absorben y repiten. De hecho, se derretirían si ven lo que hace nuestra princesita cada vez que le voy a aplicar su loción del cuerpo, la del pote rosita (Johnson’s Baby). Como siempre me ve oliéndolo antes de aplicárselo, ahora hace lo mismo. Me lo pide, se lo pega a su nariz y lo huele abriendo sus ojos bien grandes y me dice «mamá mmmmm». Me pide para ella misma untarse y untarle a su mamita. Como pueden imaginar, me la quiero comer a besos. 

Con ellos cada instante es pertinente. No se atribule por si es mucha o poca la cantidad de tiempo, mejor ocúpese por maximizar esos momentos disponibles, esos que ocurren como quiera. Contágiese de la ligereza y la alegría de esos angelitos que vienen sabios y plenos de paquete. No se fije en lo que tiene «de menos», enfóquese en los momentos y oportunidades que tienen el potencial de ser mucho más. Disfrútese a su bebito o bebita, y acoja esos momentos que nos invitan a disfrutar ser mamá o papá.

#EeeeehJua #AmoSerMamá

Yz Cifredo [26.Agosto.2015]

*Este escrito es una colaboración con Johnson's Baby. La opinión emitida es la postura sincera y experiencia de esta servidora, Yizette Cifredo. 
Yizette Cifredo

Motivadora, Comunicadora y Optimista Compulsiva

¡Cuéntame qué te parece! Todo comentario, pregunta y/o sugerencia es bienvenida.