La VIDA no tiene edad ni sexo, es el presente sonante y constante que en cada respiro se hace nuevo. Nace y muere. Se transforma, pierde y gana formas. Evoluciona y se transmuta, pero no se estanca. Mientras se nombra VIDA, se mueve y palpita. No es su nombre de pila, pero por esto y mucho más (por ahora) le llamo VIDA.
Yz [18.Oct.2013]